La situación de desfase entre gastos e ingresos que presenta
la Seguridad Social es tan grave que, a cierre de 2017, el déficit acumulado
por el sistema desde que el Partido Popular llegó al poder ascenderá a 80.000
millones de euros. Esto es lo que reconoce el propio Gobierno de Mariano Rajoy
en el proyecto de Presupuestos Generales del Estado de 2017, documento en el
que expone los desequilibrios desde que ganó las elecciones de noviembre de
2011 y en el que, asimismo, estima que el déficit de este año será de un 1,4%
del Producto Interior Bruto (PIB).
Al cruzar esta cifra con la previsión que PIB que también el
Ejecutivo de Rajoy hizo en el Plan Presupuestario que remitió a Bruselas el
pasado mes de diciembre, el resultado es que la desviación rondará los 16.200
millones de euros este año. El dato, sin embargo, no es suficiente para que
2017 pase a la historia -si se cumplen las previsiones- como el año en el que
la Seguridad Social presentó un mayor déficit. Esta distinción recaerá sobre el
año 2016, cuando el desfase superó los 18.000 millones de euros.
En todos los demás ejercicios, los déficits han variado
entre los 10.100 millones de 2012 y los 13.100 millones de 2015, cifras que
evidentemente son importantes pero que se quedan lejos de las registradas en
2016 y 2017. Esta circunstancia no deja de ser llamativa, ya en el pasado
ejercicio se crearon cerca de medio millón de puestos y en este, siempre según
las previsiones del Ejecutivo, el ritmo será similar, por lo que la Seguridad
Social seguirá recuperando cotizantes a un buen ritmo.
Pero la realidad es que, una vez más, se evidencia que el
sistema sufre una compleja situación en la que los nuevos trabajadores, con
unos empleos que en muchos casos son de baja calidad, temporales, y mal
remunerados, apenas pueden sostener a los nuevos pensionistas, que tienen
derecho a una mayor retribución ya que sus cotizaciones han sido altas. Se
trata de un "déficit estructural", tal y como lo definió el
secretario de Estado de Presupuestos, Alberto Nadal, la pasada semana en el
Congreso.
En esta comparecencia, Nadal también apuntó que, a pesar del
citado déficit del 1,4% previsto para este año, 2017 será el primero
"desde el inicio de la crisis" en el que "los ingresos por
cotizaciones sociales crecerán por encima del gasto en pensiones". Esto
supone que "la brecha comenzará a cerrarse", pero no lo suficiente
para que la desviación desaparezca. "Es necesario redefinir qué paga la
Seguridad Social", concluyó Nadal, que de esta manera hizo referencia al
debate que existe en el seno del Pacto de Toledo donde algunas fuerzas proponen
que las pensiones de viudedad y orfandad pasen a depender de los Presupuestos
Generales.
Para más información:
http://www.elmundo.es/economia/macroeconomia/2017/04/24/58fa377b22601d5e498b469c.html